Publicado 23-10-2022 - 20:17
Mi nuevo poema extraterrenal de uno antiguo,
al desarrollo de mi conexión invisible con el universo,
en la profundidad y elevación,
de mi inspiración poética metafísica.
Federico Carlos Volio De Céspedes Toledo
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Creación del autor intelectual: FEDERICO CARLOS VOLIO TOLEDO |
Océano de nubes grises bordea
travesía oscilante, avistados traviesos
a punta de cola desde el frente invisible.
Entre auroras boreales a la cresta de la ola,
centelleantes gigantes delfines invasores,
atraen a mi cuerpo en nado atolondrado;
entre puntuales peldaños a pasos disgregados,
e impulsan sin apuntalar senda por los aires,
y apasionados rayos, sin bordes se multiplican,
me traspasan, a dar con la luz de mi esfera.
Escalera de la Luna, arroja al último horizonte
azulado, al interminable arco iris del primer cielo.
Escalera del Sol, lanza claves a ráfagas doradas.
Me dio su espacio, y cedió visión de su tiempo,
midió mi lejanía, rauda puerta a destellos.
Sé que viví desmemoriado por otros aires
azules, los vientos de las nubes cubrían blancura,
reflejos invisibles. No más adelantar, desde el Cielo;
No más avanzar, desde el Sol; No más retroceder,
desde la Luna; Soy astro, cuasi sol, una semi luna.
En mí, algo de mí, transforma a las afueras
para convertir algo de la nada al universo;
por una escalera plana de vicisitudes, a la órbita;
asomé mente entre sus peldaños fugaces,
a la mano de las influencias cuánticas, inelegibles
al abrir todas las ventanas. Abandonado a lo que soy,
al instinto, incompleta noche por tanta voladora luz;
a la intuición, que completa al día; muy fulgente labrada
a ritmo latente dentro de mí. A mi puerta, sin algo ni nada
cerca se dio y cedió, al y del pensar a un lugar lejano,
en lugar de bajar a la noche; vuelvo a subir al día,
muy cerca de mí, a entrar en mí y quedar en mí;
lejos de lo que no soy y cerca de la verdad que soy,
y donde estoy, muerto de mí, vivo de mí.
En una ilusión al sentirla en el alivio de mi respiración,
aguardé y escalé, imaginé, abrí y volé, a lo impensado
donde soy y estoy, como adentrando umbral al que soy;
interestelar, al traerme conmigo al retorno cósmico;
desde la re-vuelta vida, hasta en-vuelto de la vida.
Vengo por la búsqueda para llegar a mis adentros,
paseo por las estrellas entre las afueras simuladas,
muerto de la apariencia viva; eterno en mí, allí voy.
Soy quien, tan de cerca, no se piensa lo que ya es
pues a tan lejos, no es en lo que imagina, ni lo que piensa.
Vivo en mí, sin espacio ni tiempo, sin imaginar ni pensar;
muero de mí, al espacio y tiempo que imaginé y pensé.
Vivo en mí, muero de mí; eterno pasajero del universo.
En el límite orbital transformo la muerte en otra vida.
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