Federico Carlos Volio
Cosmopoeta y Astro-poeta
ME CUENTO ONCE VECES
Creación del autor intelectual:
FEDERICO VOLIO TOLEDO
Aumenta la mirada vertical y se multiplica al espacio
distante del tiempo al infinito, y disminuye horizontal
divide al espacio segmentado al tiempo del porvenir.
El mirar desde la torre aquella fugaz estrella.
El mirar desde el abismo aquel resplandor fugaz.
Es la ocurrencia misma tan supuesta que viene acaecida
a la mirada horizontal cuando fugaz se va cuan vertical.
Convirtiéndome en secuencia, de once pares de ojos
a una nariz en oídos, manos y pies. Mi cabeza se coloca
en veinte y dos posiciones galácticas. Y entonces,
pudiera ver las superposiciones entre esas ilusiones.
Que los ojos vean la dinámica realidad a lo ultra
del trasfondo. Y pudiera intuir subidas escaladas
con esas vibraciones, esas emanaciones. Pues,
que los oídos zumben al vuelo unos corpóreos
retumbantes. Que las manos alcancen lo imperceptible,
lo invisible rítmico multiforme. En los soplos mentales
a campanadas en tu percepción dando figuración
en los despliegues de formas a rayos de contornos.
Que los pies vayan por los aires a los suelos del magnífico.
Escuchad a la sensación con incomparable emoción.
Viéndote paralelo y simultáneo, un mismo sujeto
sobrepuesto de sí. Que la razón transforme en sentimiento,
energía de tu corazón. Porque siendo tornado a ojos
en oídos, manos y pies, tan aparente eres. Esférico
a través de las probabilidades elegidas, al traspasarlas
por aquella triste forma fundida en alegre esencial de luz.
Muy rudo derrumba a la muralla muda, poder del silencio.
Esa ignorancia de las mentes que no (te) permiten ver
sino hasta donde (se) piensan. Todo se cambia
todo al ajuste todo combinado por y en compensar.
Toda luz aniquila al vacío en salto de esa sujeción liberada.
Una hoja suspendida cae de un árbol como una estrella
cae dibujada del universo al agujero en escondite de la luz,
por el cual se disparará a brillar inmensidad de la noche.
El viento se enrolla en las alas más minúsculas y les sopla
trepadas de elevación a nubes por las copas de la tierra
lluvias sobre los árboles en que brotaron a la galaxia
semejanza misma a donde se miran su matriz.
Llevamos a las moléculas del cosmos así conectados
en circulación por las aspiraciones suyas que portamos.
Con las vitales puntas captadoras que calzan a cuerpos
por las exactas honduras cósmicas despuntadas a luz.
Marea que bajo lo denso fluye y hacia lo alto le perfecciona
entre los velos deslumbrados a cada una de sus once capas,
entre sus inconexas oscuridades en su misma mirada de luz.
Estoy contigo de frente en la misma vereda mientras vamos
y nos cruzamos por diversos lados en esos sentidos inversos.
Era mi poesía y yo, hasta que al final solo quedó mi poesía.
Volé de estrellas, con mi poesía al universo de mi origen.
Y aquí, transcurrimos vida; escribimos y describimos.
Nos llamamos al todo y a la nada y transitamos elípticos
vestidos en once pieles magnéticas en radiante orbital
en unidad constitutiva del propio ser de luz. Rompiendo
comprensión al infinito que al adentro transforma otroras
y nuevas dimensiones, a consciente expansión concentrada.
ADVERTENCIA DE AUTORIZACIÓN
EN GESTIÓN DE DERECHOS INTELECTUALES:
Únicamente se autoriza la reproducción parcial
lo suficientemente necesaria para una referencia literaria
en todo caso con expresa mención del autor intelectual
creador © Federico Carlos Volio
y citando el título del poema y este blog como fuente.